Los sistemas de frío solar son una solución prometedora para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la creciente demanda de refrigeración para edificios residenciales y comerciales. Sin embargo, éste nicho de aplicación no ha tenido un aumento significativo en la implementación de estos sistemas en los últimos años debido, principalmente, a sus altos costos de inversión y operación.

La Comisión Europea ha financiado a través del programa Energía Inteligente Europa este proyecto, donde los expertos de varios países de Europa detectaron y analizaron las principales barreras para la implantación masiva de estos sistemas. En base a esto, se definieron varias medidas en los vectores políticos, tecnológicos y financieros, y se identificaron las mejores aplicaciones potenciales. Las metodologías desarrolladas se basan en la auditoría de campo detallada, el análisis de sensibilidad mediante simulación dinámica en varios climas europeos, y distintos arquetipos de construcción.