En Menorca menos de un 8% de la energía primaria total consumida para uso eléctrico proviene de fuentes renovables. El porcentaje restante proviene, todavía hoy en día, de fuentes de combustibles fósiles altamente contaminantes y poco sostenibles con el medio ambiente y la reserva de la biosfera.
Bajo esta premisa, al 2019 el Consejo Insular aprobó la Estrategia Menorca 2030, una hoja de ruta por descarbonizar el sistema energético de la isla hacia un modelo impulsado por energías renovables con un objetivo global claro: lograr un 50% menos de emisiones de CO₂, respecto al año 1990, de cara a 2030.
Dentro de este marco, a Aiguasol se nos encomendó el desarrollo de una herramienta para analizar la viabilidad de un nuevo modelo colectivo de producción de energía fotovoltaica en la isla: las comunidades energéticas.
Desde Aiguasol, estudiamos la optimización y aprovechamiento de las instalaciones fotovoltaicas existentes en Menorca, mediante dos casos de estudio en base al autoconsumo compartido, es decir, la generación de energía a partir de una instalación fotovoltaica en espacios públicos, que genera energía destinada a sus miembros participantes.
El estudio también contempla sinergias energéticas entre actores claves en la isla, como por ejemplo empresas privadas, hoteles, escuelas y ciudadanía. Los dos casos son los siguientes:
- Comunidad energética en casco urbano dentro de en Maó: Este estudio contempla un modelo de comunidades energéticas a partir del autoconsumo compartido. Un ejemplo serían edificios públicos situados a menos de 2km respecto a la instalación fotovoltaica situada en espacio público cedido por el Ayuntamiento. Esta instalación se basa en una pérgola fotovoltaica con puntos de recarga para vehículos eléctricos y autoconsumo compartido, con un potencial para generar un total de 315.000 kWh al año, equivaliendo a la demanda energética anual de 90 familias.
- Comunidad energética en zona turística: Este estudio contempla un modelo mixto en base al autoconsumo compartido vía PPA (o power purchase agreement). Un ejemplo sería la cesión de espacios por parte de hoteles o empresas privadas donde realizar la instalación fotovoltaica, y a partir de la cual puedan beneficiarse diferentes consumidores (ciudadanos y/o escuelas) a través de contratos PPA, tal y como establece el marco legal. Se trata de un modelo win win, donde la empresa se lleva una compensación económica a cambio de vender sus excedentes de energía a través del autoconsumo compartido.
Gracias a la herramienta desarrollada, hemos podido analizar las dos casuísticas presentadas, y determinar los modelos de negocio con una mayor rentabilidad económica y optimización de costes, en base a las instalaciones existentes.
Además, esperamos impulsar más comunidades energéticas en edificios públicos, donde la ciudadanía tenga la posibilidad de apostar por energía local km0, con un menor impacto ambiental y una mayor garantía de origen, un gran paso hacia la transición energética insular.